miércoles, 16 de septiembre de 2009

"La mamá de los pollitos"

El homenaje a CECILIA CAICEDO rendido en el X Encuentro Regional de Escritores Risaraldenses ha sido un imperativo de hace décadas. Como docente, escritora, conferencista, guía espiritual de muchos de los escritores consagrados que hoy tenemos, la influencia de Cecilia se ha dejado sentir en la mirada cosmopolita con que nos acercamos a la literatura. Elaborar un listado de sus virtudes es una díficil tarea ya que según quien se lo proponga encontrará unas y dejará otras. Yo, para mi blog, quiero verla desde la docencia y la construcción de la diva. Me explico. Es difìcil que a uno le den una pastillita y que después de tomársela uno sea un excelente docente. No, no es así. A uno lo que le toca es tomar de este y de aquel lo que cree es mejor, más pertinente y entonces cuando estoy frente a Cecilia me digo que quisiera recortarle de todo para adherirlo a mí. La pasión con que habla de los temas ella se mueve y se va yendo y se lo va llevando a uno porque su manera de decir las cosas es plástica y cuando uno menos piensa: ¡Pam! Aterriza. El conocimiento y la capacidad de relacionar un tema con otro. Esa orientación cosmopolita que se encuentra en sus conversaciones y que me hace soñar (imaginar tal vez) con que Cecilia escucha a Madonna. Ah, y que sabe escuchar y guiar. Varias veces he asistido a sus charlas y conferencias y veo como hay gente que interviene y se explaya y distrae del tema y uno se pregunta por qué no puede dejar que siga ella... Claro, uno es de los que termina también alzando la mano. Porque es que la opinión de ella sobre lo que tú dices es como para grabarla y lucirla: "Esto dijo la maestra de mí". Recuerdo que en el encuentro del año pasado ella nos hablaba del Ulises y ya era como mediodía, preguntó: ¿y ustedes qué quisieran? y alguien, (Tan de buenas, ni me le sé el nombre porque si no lo aventaba) gritó: "El almuerzo". Muchos se rieron. A mí me dio una piedra...! Está bien que uno con hambre no piensa pero el sacrificio hubiera sido recompensado con la inmortalidad. Ah, la profesora Cecilia sigue siendo mucho para nuestro espíritu provinciano.


¿Será que tengo que explicar por qué para mí es una diva? No creo. Claro que si hay un inconforme, que sería lo ideal, pues que se lea ME HAS SALVADO DE MÍ de Fernando Romero Loaiza y le preste atención cuando se habla de Xexi. Luego, nos tomamos un café en el Bolívar Plaza.


Sobre las fotos: Tomadas por J. LadinoGuapacha en el X Encuentro R. Escritores Risaraldenses y de los artículos de La Tarde y El Diario del Otún.

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